Como parte de un trabajo para el Foro de Apoyo Mutuo (FAM), hice un intento de sistematización de buenas prácticas de EDNICA, una organización que trabajaba con niños de la y en la calle, y URAC, una organización dedicada al ahorro y crédito campesino, a quienes debo mucho sobre mi visión de desarrollo e inclusión social.

Esta sistematización nunca concluyó, pero el articulo sobre «Organizaciones de la Sociedad Civil y Políticas Públicas» en la colección de Los grandes problemas de México publicado por El Colegio de México fue de cierta forma de sistematizar lo mucho que aprendido en esos 10 años.

Aquí extractos de una conversación con Margarita Griesbach (de quien sigo aprendiendo todos los meses y los días) y Gerardo Sauri, en 1997.

Margarita admirando a Tamayo

¿Qué hicieron antes de llegar a EDNICA ?

Los fundadoes de EDNICA vienen de Hogares Providencia. Era un modelo de atención que trabajaba básicamente con casas-hogar, no tenía trabajo de calle. Los niños llegaban canalizados de diversas fuentes a ingresar a la casa-hogar.

Ahí se generaron fuertes diferencias metodológicas, entre ellas la falta de trabajo preventivo y con familia. Por un lado, tener continuidad en el proceso; no puedes captar al chavo y trabajar con él sin que hubiera un proceso previo que le permitiera ingresar a una casa-hogar en condiciones de librarla. Los chavos llegaban de esa manera tan abrupta, entraban y salían mucho, entraban y seguían teniendo muchos problemas. Por otro lado, no había un trabajo preventivo. Desde un inicio en EDNICA se entendía que mientras que no se hiciera un trabajo preventivo a la vez que la parte de atención, se volvía un trabajo de nunca acabar.

Además, el trabajo con familias. En Hogares Providencia, la idea que se sostenía era que la familia era el problema y que había que construir otro tipo de vida para el niño, lejos de ella. En EDNICA se entendía que la familia es indudablemente el mejor lugar para el niño, si hubiera la posibilidad de que regresara, que la familia es tan víctima como el niño de condiciones complejas y que es muy importante restablecer la relación del niño con su familia, aún cuando el chavo no pueda volver con ella, porque para ambos significa una pérdida importante. Finalmente, vinculando la prevención con la familia, es importante trabajar con las familias porque de donde salió uno existen las condiciones para salir muchos otros hijos.

Marcan a EDNICA desde su fundación, la búsqueda de estas cosas. Si bien aún no lo hemos logrado, desde se ve muy determinado por buscar este tipo de cuestiones.

Del equipo que funda EDNICA, ahora quedan Gerardo, Ana María y Moisés, que está en el Patronato. Yo llegué cuando EDNICA tenía un año. Mi formación fue como pedagoga pero llevaba muchos años de estar trabajando con chavos, como maestra de preescolar, en escuela de educación especial, en un psiquíatrico. También una etapa de trabajo con familias, con padres que maltrataban a sus hijos, en grupos de apoyo mutuo.

¿Qué capacidades ya había desarrollado el equipo desde antes?

Todos teníamos entre 8 y 10 años de experiencia directa; en experiencias diversas. Ana María tenía mucha experiencia como educadora de hogar; Gerardo  vivió con los chavos en un hogar, trabajo con familias. Tenían experiencia en coordinación de equipos, áreas administrativas y a nivel de coordinación.

Todos compartimos la importancia de fundamentar, sistematizar y organizar.

Desde que entré a EDNICA, recuerdo intento tras intento, porque teníamos pocas herramientas, para estructurar los proyectos, desarrollar una propuesta pedagógica con su metodología y su fundamentación conceptual. En 1991 nos fuimos a encerrar a Tepoztlán, fue un  trabajo de horas, días y días, para rescatar los conceptos básicos de EDNICA: educación, salud, socialización. Definir cada concepto como nosotros lo entendíamos. Después de mil días, acabábamos con un mamotreto de conceptos, líneas de acción y un proyecto tan enmarañado, complejo. Eran experiencias desgastantes, pero al final nos ayudaron.

Desde un principio buscamos asesoría externa, que es raro para un ONG chiquita. Nos asesoraron en metodología, planeación. Y a la par, nosotros dábamos asesoría. Alimentarnos de afuera y buscar alimentar a otros. Con nosotros, se capacitó el equipo de calle de Visión Mundial, los Salesianos, como ejemplos.

El afán por escribir, escribir, escribir y escribir, documentos que se botaban a la basura, eran mamotretos que no servían para nada. Ese afán de escribir tiene que ver con la inquietud por conceptualizar. Se buscaba fundamentar la práctica con la teoría. Una idea, un concepto construido que permite darle más coherencia a lo que haces.

¿Han ido cambiando los objetivos de EDNICA ?

En lo fundamental, no han cambiado. Siguen apareciendo los mismos actores; siempre han sido niños callejeros, en riesgo y las familias de ambos.

Los objetivos han cambiado pero siempre se ha buscado algo de mejorar condiciones de vida ; siempre se ha buscado –dicho de mil formas– sacarlos de la calle o evitar la vida en la calle.

Conforme se ha ido aclarando lo conceptual, la propuesta pedagógica, también se han ido clarificando los objetivos. La propuesta se define muy claramente como dos ejes: condiciones de vida (físicas y emocionales) e identidad comunitaria.

En 1993 se echó a andar un área de investigación y política pública, existe orgánicamente dentro del proyecto. Esto abre todo un panorama de acción que antes no veíamos que nos tocara.

Siempre se ha hecho atención directa a los callejeros. Se ha modificado que esto se hace con una contraparte comunitaria; antes la hacíamos solos, pero igual es un trabajo operativo y de atención directa. Impulsamos a un equipo comunitario que se ha consolidando y fueron 5 años que a la par se ha trabajado con los chavos. Trabajas con los chavos y las familias, y poco a poco vas dando lugar a que tu trabajo vaya siendo ocupado por la gente de la comunidad.

Se logra consolidar una propuesta institucional que parte de la atención directa vinculada con trabajo hacia fuera y con una contraparte comunitaria.

Era un ensayo y error, pero era también una búsqueda de conceptos y sustento teórico de los proyectos. Se estructuraba algo, pero luego nos dábamos cuenta que lo que le hacía falta eran objetivos vinculados con líneas de acción. Lo que cambió todo fue la planeación estratégica. Una herramienta tan sencilla que de repente nos permitió aprender a planear de otra manera.

¿Por qué se constituyeron con IAP ?

El notario que nos escrituró nos asesoró, fue una decisión muy ingenua tomada sin ninguna intencionalidad ni premeditación, más allá que ésa era la forma más fácil de conseguir que los donativos fueran deducibles de impuestos y eso ayudaba a conseguir financiamiento.

Ha sido ventajoso y desventajoso. Por un lado, a la gente de la Junta de Asistencia Privada no le lográbamos transmitir el por qué se daban cambios en nuestros proyectos y el tipo de propuestas no tenían cabida dentro de los esquemas de la Junta. Nuestro proyecto tenía una casa hogar con 16 chavos y un proyecto comunitario con 300; los 300 entran en ”otros”. A ese nivel, el trabajo de prevención y de calle, pues no era albergue. Ese tipo de diferencias han creado dificultades para entendernos.

Todo este tiempo hemos trabajado con la comunidad y meter a la organización comunitaria. Ahora le vamos a decir a la Junta que nos retiramos de ahí, la pregunta que nos hacen es “¿Cómo es posible que todos estos años llevan invirtiendo en ajeno?”. Pues sí, justamente de eso se trataba, de invertir en ajeno para nosotros irnos a otra comunidad y que la organización comunitaria se quede con el trabajo. Es un esquema muy diferente.

¿Cómo funciona su Patronato ?

El patronato durante muchos años fue una cuestión de nombre, un requisito con el que se tenía que cumplir. El patronato normalmente es gente adinerada que te consigue fondos y nadie en EDNICA tiene esos vínculos con gente que consiga recursos. Otro factor era que somos un equipo bien joven, teníamos 24 o 25 años. Había mucha inexperiencia y muchos “monstruos” de los sesentas y setentas, donde cualquier cosa que tuviera que ver con el gobierno era satánico.

En 1993 se comenzamos a ver las cosas de otra manera. Buen parte del trabajo que hicimos con Espiral fueron quién toma qué decisión y qué decisión se consulta en qué espacios, aunque la tomes tú con quién lo deberías de consultar. En 1994 logramos construir nuestro patronato como un consejo consultivo. Las reuniones son muy ricas, se hacen 3 reuniones al año y se tratan 1 o 2 temas que se consideran de trascendencia institucional. Es gente que está desde afuera, pero te conoce muy bien. Está vinculada con otros espacios y te ayuda mucho a dimensionar las ideas que hay, a verte como un actor entre otros y a reorientar cómo van las cosas.

¿Cuál debiera ser su relación una vez que se deja independiente a la organización comunitaria ?

Nuestro patronato entre las cosas que más nos ha ayudado,es en ir entendiendo cuál debiera ser nuestra relación con la organización comunitaria. Estás tan vinculado con lo operativo que cuando empezaba. Nos enojábamos con ellos porque eran malos educadores; pero, en realidad, se trata de ver cómo le haces para que ellos se vuelvan buenos educadores. Aunque muchas veces se toma la actitud defensiva de “yo vengo trabajando tanto tiempo con los chavos, y viene éste, de la comunidad, y me lo amuela”. Nos costaba mucho entender identidades. Después, hubo un tiempo en que el equipo comunitario se convertía en EDNICA.

Era difícil entender nuestra relación con la organización comunitaria: hasta dónde, qué es nuestro y qué es de ellos, qué límites. Cuando estás adentro es muy difícil y se reflejaba claramente en los distintos niveles. El Patronato de la Fundación de la parroquia es una decisión que ellos tomaron, y nosotros no metimos mano. Ahora que están haciendo su planeación, nos piden que los acompañemos en esa planeación, pero es una participación más como un espacio consultivo. La relación se entiende más como una alianza.

¿Cuáles son las etapas de formar una organización comunitaria?

La primera etapa es un momento de confianza, que en este caso tuvo que ver con trabajar con los chavos directamente, que vieran que no éramos ni monstruos ni locos. Su temor más grande era que no tuviéramos trabajo con los chavos y que fuéramos oportunistas. Al reconstruir el proceso, ellos dijeron que fue muy importante porque les permitió tener confianza en nosotros.

Un segundo momento es proponer formalizar el trabajo conjunto. Desde el inicio se planeta nuestra participación como transitoria, pero se ve muy lejano: “Sí, ustedes se irán, pero nosotros seguiremos juntos por el tiempo que queramos y somos los mejores amigos”. Se hace una planeación estrategia para reconstruir la propuesta e incluir sus insumos. Paralelamente, el equipo de EDNICA va trabajando con los chavos en los espacios que la parroquia nos presta. Cinco años parecía muy lejano.

La siguiente etapa es de trabajo coordinado, de internalización y de institucionalización del proyecto en la organización comunitaria. Empieza a darse por los espacios físicos. Se hizo una construcción juntos, y se gestionaron los recursos de forma conjunta. Dentro de la organización se empieza a consolidar un equipo de trabajo comunitario. Se habla de medio año de consolidación del proyecto, otro medio año o casi un año que se inicia  el trabajo y comienza a tener el equipo. Se pasa un año con una alta movilidad del equipo. La mayoría son gente que han estado vinculados con el trabajo parroquial desde hace mucho tiempo; después es más bien gente nueva que llega.

Poco a poco, conforme la identidad, la autoimagen de la organización comunitaria empieza a incluir este trabajo se va adhiriendo a él gente más estable de la misma organización comunitaria. Ahora entra gente externa al propio proyecto, pero es contratada por la propia parroquia, y capacitada por el equipo comunitario.

Una vez que el equipo se consolida, EDNICA sigue ocupando los puestos de coordinación y algunos operativos: educadores de calle siguen siendo alguna gente de EDNICA. Hay un momento en que se da una división entre la Parroquia y el Club de calle, que es un equipo dentro de la parroquia. Después de la crisis, se fortalece a ese equipo comunitario y la identidad institucional. Llega un momento en que empiezan a pasar cosas muy sutilmente; donde la gente del equipo comunitario se presentaban en reuniones con otras organizaciones como del Club de calle de San Felipe de Jesús, con trabajo coordinado con EDNICA.

Y este año ha sido fortalecer las capacidades de planeación, de capacitación metodológica del equipo comunitario, se da la constitución como Fundación y la última planeación que se está haciendo para 1998 ya incluye las otras áreas del trabajo parroquial como parte de la Fundación San Felipe de Jesús, que además tiene trabajo pastoral.

¿Cuándo EDNICA deja de ser promotor y cuándo comienza a hacer acompañante? ¿Cuáles podrían ser los indicadores de que la organización comienza a estar lista para trabajar de forma independiente?

Uno de sería la estabilidad del equipo comunitario; el consejo directivo empiezan a dedicar tiempo y esfuerzos al Club de calle que antes no se dedicaban, se empiezan a destinar salarios específicamente para la gente del Club, se empiezan a gestionar recursos específicamente para el Club.

Cuando ellos van empezando a asumir puestos de coordinación, entonces la coordinación queda en manos de la organización comunitaria y el papel de EDNICA se hace más de asesoría. Para nosotros no tomar decisiones que en lo cotidiano es difícil, es un esfuerzo consciente que tiene que hacer el equipo de no tomar esas decisiones.

 Un punto importante es que el equipo adquiere experiencia suficiente como para dirigir un proyecto con niños callejeros. Al principio era mucha su necesidad de consultar las decisiones con nosotros porque no tenían mucha experiencia. Conforme la van teniendo, toman decisiones con mucha confianza.

EDNICA adquiere el papel de asesoría cuando se empiezan a crear espacios diferenciados. La asesoría se da en espacios específicos con los coordinadores y con la directora operativa, espacios muy específicos de asesoría trimestral.

Hay también un proyecto que permanece coordinado; el de familias porque seguimos construyendo el modelo de orientación familiar especializado para niños callejeros, y todavía no termina, así que alguien de EDNICA va a permanecer en ese proyecto todavía.

¿Cuáles podrían ser los indicadores de impacto más importantes de EDNICA?

Ponemos en un segundo momento, por ejemplo, la cantidad de chavos atendidos. Lo que priorizamos son el grado de transferencia y la apropiación del proyecto por parte de la comunidad. Hicimos unas escalas de participación de la organización comunitaria, con consideraciones como liderazgos.

Tiene que ver con la mayor claridad de la propuesta; hay más claridad en la división de funciones y la organización interna.

El proceso lógico es la apropiación y participación de la comunidad, de los sujetos y beneficiarios en el proyecto. En seguida viene el grado de eficiencia es el impacto directo que se tiene con los chavos. Al final, estamos desarrollando un proyecto comunitario dirigido a los niños, y me interesa medir cómo se organiza el proyecto, cómo se estructuran los servicios, cómo participa la comunidad, etc. Pero también de medir la eficiencia en si hubo cambios en los niños, de qué grado, en las familias y de qué grado, y en la comunidad y red.

Al final el modelo se orienta a las condiciones de vida de los chavos: a sacarlos de la calle, a que se restablezcan condiciones con su familias, que dejen la droga, que eleven su nivel nutricional y en ese sentido, sí hay indicadores.

En nuestra propuesta, hablamos del impacto con el cambio de identidad de la calle a una comunidad, como la condición necesaria, en la que deben de estar vinculados todos los demás cambios. No es un cambio únicamente psicológico, sino implica toda una dinámica. Se trata de ver no sólo si los niños cambiaron sino también de ver si la comunidad cambió para atenderlos mejor. En los niños, se cambia la identidad de calle a comunidad, y en la organización comunitaria se cambia hacia el cuidado de su infancia como parte de su quehacer indispensable. No solamente la organización, en ese sentido, sino los vecinos, las familias, las escuelas y la misma infraestructura.

Muchos de los indicadores todavía son vagos, una red de impactos deseados, y evaluar los impactos no previstos, porque están todos revueltos. Mucho del impacto que evalúan son más bien logros: “llevar a cabo tantas sesiones de tal cosa” pero más importante es ver a través de esas sesiones qué impacto hubo en el chavo. Hasta que no construyen el proyecto no se ven indicadores reales; es hasta que pasa el tiempo, se ubican los problemas, se construye una estrategia. Sólo habiendo ubicados los problemas claves a trabajar, se puede medir el impacto porque si se hacen los indicadores y no se conoce el problema, va a estar muy difícil sólo dices lo que se te ocurre que puede pasar.

Todos los chavos tienen expedientes que se llenan quincenalmente, pero esos indicadores son muy subjetivos; son análisis cualitativo: “cumplen con los compromisos; por ejemplo, el otro día quedamos y ya van tantas veces y sí llegan”. Luego puede ser parte de un instrumento que sistematice y hable del proceso vivido.

¿Ha habido una evolución hacia ser más capaces de captar nuevos recursos y diferenciados? ¿Y también si eso sucede en la organización comunitaria?

Sobre EDNICA, hay un cambio fuerte en el financiamiento. Hasta 1993, el 70% de los recursos eran de cooperación internacional y algunos empresarios. Ahora es mucho más fuerte el financiamiento local, hay meses en que crece más el financiamiento internacional  pero ahora es básicamente 50% y 50%.

Hay un cambio importante en el contexto se retiran los financiamientos internacionales y surgen unas iniciativas nacionales que antes no existían, como Quiera. Estas fundaciones apoyan proyectos de un año, en un rubro muy específico; no es como la cooperación internacional que financia un equipo entero por 4 o 5 años.

Hay un 20% de fondos gubernamentales, que es muy reciente, con apenas 4 meses de convenio. Es una cantidad mensual no etiquetada y se entrega mensualmente balanza de resultados y estados financiera.

Empresarios locales nos dan también desde hace muchos años; una cantidad pequeña pero es mensual. Son pocos, pero se han mantenido mucho tiempo. Hemos logrado incursionar en distintas formas de recaudación de recursos y tenemos una diversificación. Usamos todas, pero no ha respondido a un plan sino a una intuición, y justamente ahora una de las cosas por revisar. Un acierto que hemos tenido es mantener siempre un área de recaudación y de relaciones públicas, lo cual es raro entre grupos tan pequeños como nosotros.

Cada año nos caen veintes de los que se necesita integrar, primero lo entramos con los de planeación estratégica, luego planeación operativa, después la sistematización y la evaluación, después el trabajo de diseminación y ahora la noción de que la recaudación tiene que estructurarse más, que tiene que ver con recursos pero en cómo integrarlo en la vida cotidiana, planificarla. Lo mismo sucede con el área de políticas públicas, está muy desvinculada con lo cotidiano, aunque tenga su impacto.

Los equipos operativos generan información que ahora el área de recaudación utiliza, cuando antes era menos integrado. Cuando había que darle información a un donante había que ir y rescatar la información, eran dos mundos separados. Ahora lo que surge de lo operativo es lo que se utiliza, por ejemplo, la matriz de necesidades se actualiza cada 3 meses. Es muy bueno también porque el equipo operativo tiene más noción del presupuesto, de lo que cuesta su proyecto.

Algo importante en términos del desarrollo de la organización comunitaria, cada coordinador de área elabora sus proyectos, luego hay una revisión simplemente. Elaborar proyectos es una capacidad en el fortalecimiento institucional. En términos de recaudación, la organización comunitaria está muy bien. La mayoría de los fondos que van a ese proyecto son puenteados por EDNICA pero gestionados por ellos.

En la comunidad ha habido también una enorme capacidad de gestionar más que nada los costos de operación del proyecto. Se han hecho convenios locales, con la farmacia de la esquina, con la papelería que les da lo que les sobra de papel, los costos de operación se han reducido mucho.

Se gestionaron desde el principio estos recursos, cuando ellos sólo nos prestaban un espacio para trabajar, aún ahí había un cierto aporte de recursos y una gestión fuerte de su parte. Normalmente, los recursos se duplicaban, por ejemplo, la construcción, la comunidad siempre puso de donde fuera. Hicimos una cuenta, en la construcción EDNICA había puesto 40% y la comunidad había puesto un 60%, de cosas gestionadas por ellos, incluyendo salarios.

En la comunidad, una de las tareas es cómo ir mejorando su sistema administrativo y contable. Ellos lo van a tener que hacer en la medida que tengan más institucionalidad. No sólo se trata de si están listos para conseguir recursos sino también si hay una adecuada planificación y control, un manejo transparente y fluido de los recursos, una auditoría social y de dar cuentas a los demás.

Nosotros todavía no estaríamos listos, hay cosas que no funcionan como quisiéramos. En muchas organizaciones no se ve lo financiero como un instrumento, sí como una forma de sobrevivencia y de desarrollo, pero también como un instrumento de impacto para poder mantenerte.

¿Hacia dónde dirigen su estrategia de diseminación del proyecto?

En algún momento hicimos un plan de diseminación que cumplimos una parte muy menor, un cachito. Una forma es que tú identificas actores interesados, un “stakeholder”, es gente que tiene que ver con tu proyecto, sea porque le afecta sus intereses o porque ellos afectan tus intereses, son tus accionistas. Piensas en esos actores y la información que para cada uno es pertinente, es una forma de imaginarte el panorama de las posibilidades de la institución.

Las audiencias son los niños y las familias (los grupos de beneficiarios), grupos organizados de la comunidad (vendedores), la comunidad, el Consejo parroquial, las autoridades locales, los organismos públicos (el DIF), la red de organizaciones hermanas y el FAM, otra red internacional, instituciones académicas, los donadores organizados en distintas categorías: las agencias internacionales, los donadores individuales. Nosotros mismos somos una audiencia: tanto los equipos de trabajo del proyecto como EDNICA y la parroquia. Lo importante no sólo es definir quiénes son las audiencias sino qué información necesita cada una de ellas; es diferente la información que necesita un donador individual que quizá quiere saber, por ejemplo, si su dinero fue usado claramente y en qué contribuyó a una agencia internacional que quiere conocer, además, el impacto de su aportación, los aprendizajes ganados, etc.

Tendríamos que tener una forma de evaluar estos impactos, pero antes de construir indicadores y mecanismos de monitoreo, lo más importante es saber qué quieres lograr. Si la planeación y la evaluación son tareas gigantescas, que te sacan de lo que estás haciendo, entonces no te sirve. En algún momento, nos cayó el “veinte” de que era importante tener un sistematizador-evaluador, que se dedica exclusivamente a ello y sigue el proceso. Y luego aparece la necesidad de tener otros puestos que antes no existían para capitalizar la información que se produce: un comunicador. El otro día nos pasaron un folleto que reparten en la comunidad con información trabajada con los papás en las sesiones de escuelas para padres.

En una organización que trabaja con niños callejeros, si a duras penas consigues alguien que te quiera financiar salarios de educadores, ahora pídeles que te financien el salario de un comunicador. Ésas son áreas que de alguna manera pudieran ser un trabajo con gobierno, cómo fortalecer a las instituciones, no sólo una beca para el educador y una beca para el chavo sino cómo una institución puede tener más impacto.

¿Cuál sería el proceso que han tenido respecto al intercambio con otras organizaciones?

Nosotros nacimos gracias al intercambio con otras organizaciones; eso nos dio noción de otras formas, deseos de hacer las cosas distintas. Desde naciendo, nos mantuvimos en mucho contacto con las organizaciones. Al principio creímos demasiado en la acción conjunta. A veces hemos sido muy ingenuos en la forma de relacionarnos con los otros; a veces hemos trabajado compartido con otras organizaciones, en un ambiente de fraternidad, respeto mutuo. A veces nos ha faltado observar al otro con su propia dinámica, intereses y contradicciones, y establecer vínculos a partir de eso.

Yo creo que lo que hemos ido ganando a lo largo del tiempo es una idea más adecuada de quiénes son los otros, en qué podemos vincularnos y qué trabajos podemos hacer con los otros. Es una idea que todavía no tenemos acabada.

 A veces hemos regalado nuestro trabajo, en el sector de los niños hemos tomado un papel de liderazgo porque hemos asumido tareas concretas y hemos entregado resultados concretos. Hemos tenido que organizar eventos, encuentros, movilización. Hemos hecho documentos, propuestas, innumerables cosas; nos ha valido el respeto de la gente que trabaja con nosotros, pero a veces no hemos capitalizado eso.

Yo lo ubico como un error nuestro, no como la crítica a los demás. Nos hemos dado cuenta que las relaciones con otros tiene que estar delimitado; estar claro de para qué y de qué se trata. Nosotros antes partíamos de formas de relación con otras instituciones de todo o nada: trabajamos juntos para todo o para nada, eran como un noviazgo o un matrimonio.

 No sólo es mucho más efectivo sino también más sano y duradero construir relaciones sobre cosas muy específicas. Eso implica que tengas muy claro para qué le estás entrando. No es transformar esas relaciones en algo comercial, sino simplemente tener claridad. De repente, talachamos mucho y nos quedamos sin nada.

Ahí mucho tiene que ver esta relación del poder y hacer explícitos los intereses de por medio. Entrar todos con las cartas sobre la mesa y cada quien decir esta jugada a mí en que me interesa y bajo qué condiciones.

¿En qué tipo de redes participan?

Hemos pasado de ver que las relaciones con otras instituciones no tienen que ser redes o colectivos, pueden ser grupos de trabajo muy puntuales. Hay ciertas organizaciones con quienes hemos formado grupospara tareas muy concretas; se han dado informalmente sin ser una red.

Hay organizaciones con quienes se forman grupos de trabajo para hacer la norma técnica, con otras con quienes se trabajó “un país para la infancia”, otras que participaron a través del FAM para la consulta. Es también diversificar las modalidades de colaboración que puede haber. Hay mucha colaboración bilateral, desde llamadas telefónicas para comentar tal reunión, intercambio de materiales, visitas de educadores a otra institución y viceversa, compartir metodología. A nivel operativo hay mucho intercambio.

También hay convenios con instituciones académicas; por ejemplo, cada semana hay alguien de nutrición de la Ibero que checa peso y talla, casi forma parte del equipo de alimentación. Igualmente, acciones urgentes ante denuncias, no sólo las organizaciones que trabajan con niños de la calle sino gente que se ofrece para actuar como red cuando hay una denuncia- Son relaciones muy valiosas pero que no son tan formales como las redes.

A nivel de redes, son el FAM donde estamos muy metidos y coordinamos el Foro de niños. Seguimos vinculados con instituciones internacionales a través del Movimiento de Solidaridad de los NiñosTrabajadores, de la Calle y la comunidad. En el FAM yo trabajo con las madrecitas, que vienen desde una práctica super asistencialista pero que me ha permitido ver cómo progresivamente van planteándose otras formas, se preguntan, empiezan a trabajar en red, que demuestran que está pasando algo. Hemos insistido e influido mucho en la formación de niños de la calle: el Colectivo de organizaciones en favor de la infancia Callejera en México, que es entre un colectivo y una red. El colectivo tiene menos institucionalidad.

También está la bronca de evitar protagonismos que no fortalecen los acuerdos, no queremos que alguien haga mil cosas en nombre de este núcleo sin consultar a nadie. Otra cosa que queremos evitar es el corporativismo, que ha sido muy clásico: estas redes virtuales que representa a 700 organizaciones y no hay mas que dos que hacen las cosas, que se representan a sí mismo. La cultura política en México hace que cualquier cosas donde hay un poco de dinero y un poco de poder se convierta en un PRI, corporativista, corrupto, sin representar a nadie ni escuchar a sus bases.

Pensamos que hay que construir tendencias hacia lo opuesto, instancias de investigación y asesoría, de evaluación y validación del trabajo reales y funcionales que no pretendan otra cosa. Un tema clave es el de la representatividad, tiene mucho que ver nuevamente con la delimitación de cuál es la tarea colectiva. Se trata de respetar identidades, da crédito a cada quien que lo merece, no borrar a quienes participaron ni capitalizaron.

¿Por qué le entraron al área de políticas públicas?

Estaba de moda, todo el mundo hablaba de eso. Yo creo que le dimos organicidad a una actividad que casi desde que nacimos estuvimos ejerciendo, pero que al no estar organizada mínimamente se hacía muy coyuntural, espontánea y puntualmente. Esta misma vocación de vinculación y relación con las organizaciones nos llevó a estar siempre presentes, a tratar de tener una opinión frente a corrientes y eventos, a construir una opinión pública. A veces hasta tomar un liderazgo en eso, pero nos damos cuenta que este trabajo tiene que ser más profesional. Tiene que estar más definido y tiene que tener propuestas más sólidas, menos coyunturales, y más coherentes con todo lo demás. Tiene que ser algo vinculado de toda la propuesta, en general.

Me acuerdo cuando Andrea Bárcena estuvo en la Procuraduría; le entrábamos a través de colectivos formados por la coyuntura pero veíamos que no había quién le diera seguimiento. El área se conformó primero como “Comunicación y derechos humanos” porque tenía mucho que ver con la denuncia y las propuestas que se daban. Participamos en el proceso de la Convención de los derechos de la infancia. Luego en 1993 pasó a ser “Investigación y política pública” como un área más definida. Teníamos las ganas de escribir y de difundir aprendizajes que se generaban, decíamos que debíamos tener a alguien quien escribiera, facilitara y promoviera ese tipo de procesos dentro de la institución.

La noción es que la principal fuente de propuestas es el producto de la sistematización de conocimiento generado en los distintos ámbitos de la vida institucional que al ponerse en claro debería de generar ideas y propuestas de cómo, de generarse nuevos modelos, nuevos marcos tanto sociales como políticos y legales, etc. que podrían ponerse en común con otras experiencias sociales y entonces transmitir una propuesta más amplia.

Algo que ha servido que quienes hemos hecho esta tarea y nos vale una ventaja ha sido el tiempo de experiencia de trabajo directo, nuestro trabajo más operativo y nuestra misma vinculación con la realidad de otras organizaciones. Hemos podido entrar “hasta la cocina” de organizaciones, conocer cómo andan, cómo ven y matizáramos con ellos nuestra propia experiencia.

Esto permite que cuando empiezas a proponer, ya no propones sólo desde tu propia experiencia sino desde este contexto.

Deja una respuesta