Ésta es al historia y proceso del Manual de Incidencia en Políticas Públicas, de Alternativas y Capacidades, que puede encontrarse aquí. Conforme lo presentamos en diversas ciudades, este texto se fue enriqueciendo.

«Hace 10 años, en una librería brasileña encontré un libro que cambió mi paradigma: el lente con el que veía la política.

Era de Bresser Pereira y Nuria Cunill y se llamaba “Lo público no gubernamental en la Reforma del Estado”.

En ese viaje, también descubrí, la fuerza y el profesionalismo de las organizaciones brasileñas, aprendí de los consejos sectoriales, donde se debatían, formulaban y evaluaban políticas de salud, de educación, de asistencia social, entre organizaciones, académicos y funcionarios. Encontré también artículos en el periódico y guías de participación ciudadana en los asuntos públicos, elaboradas por Instituto Polis.

De regreso como estudiante en Oxford, fui voluntaria en Oxfam Gran Bretaña, en el área de México y Centroamérica. Mi labor consistió en poner en orden el archivo de CIFCA (ahora EU-LAT), una red que cambiar las políticas europeas dirigidas a estos países.

Punting en Oxford

Entonces, me sorprendía enormemente que Oxfam y CIFCA invitaran a los ciudadanos comunes y corrientes a llamar a un miembro del Parlamento para hacerle ver que el tratado de libre comercio con México era injusto, se reunieran con el Ministro de Relaciones Exteriores para que fijara su posición sobre la violación de derechos humanos de El Salvador o que organizaran una campaña en las plazas de las ciudades europeas para incluir cierto lenguaje en la declaración del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.

Me sorprendía, pero también me admiraba que esto tuviera resultados. Al poner en orden correos, cartas, directorios, reportes, me encontré el borrador de un manual que buscaba sistematizar estos procesos. Esto fue una primera fuente de inspiración para crear Alternativas y Capacidades y el manual que aquí presentamos.

En 2004, a sólo un año de que Alternativas existía, el INDESOL –con Daniel Ponce a cargo del área de profesionalización– nos dio una gran oportunidad. Participamos como docentes del módulo de incidencia en política pública, capacitando a más de 1,200 personas en 21 ciudades de México. Viajamos y conocimos muchísimos ciudadanos y organizaciones en todo el país, pero sobre todo, sembramos la primera semilla de este manual.

Un grupo de profesionistas con experiencia en gobierno y organizaciones ciudadanas dialogamos y elaboramos el primer programa de capacitación para la incidencia. Beatriz Campillo, Susana Cruickshank, Francisco Morales, Carolina Ruesga, Patricia Carrillo, Adriana Abardía, Silvino Sandoval, Gisela Robles, Paola García y Giovanna Morales contribuyeron en esta construcción colectiva.

Esos primeros talleres –en los que pretendíamos ser docentes, pero en realidad fue nuestro gran aprendizaje– permitieron desarrollar y, sobre todo, acercar conceptos y herramientas teóricas en un lenguaje fácil y accesible a organizaciones que por primera vez trataban de entender la incidencia pública.

La sistematización y cercanía con otras organizaciones, como Fundar, Sonora Ciudadana, el Colectivo por la Transparencia, Gire, Alianza Cívica, entre muchísimas otras, nos ayudó también a entender los casos de éxito de la incidencia en México y, sobre todo, el extenso menú de estrategias y herramientas disponibles para que los ciudadanos transformemos las políticas.

En este momento, en que vemos que el gobierno no puede con todos los problemas del país, en nuestro país requerimos una sociedad civil fuerte, que sea capaz de llevar a cabo cambios estructurales. Los problemas públicos, al final, nos afectan a todos.

La corrupción, los malos servicios de salud o de educación, la contaminación y destrucción de nuestros recursos naturales son algunos de los problemas que como ciudadanos –más allá de los tres, seis o doce años de nuestros gobiernos– tenemos que padecer.  Las organizaciones tenemos un reto inmenso en buscar soluciones para estos problemas. Al haber sido funcionaria pública, me queda muy claro que es difícil hacer buenas políticas para resolver problemas, y reconozco aún es más complicado incidir.

Sin embargo, también recuerdo la historia, mi historia.

Mi vocación por la política vino de haber visto que los ciudadanos se manifestaron y pudieron un día cruzar el muro de Berlin, que el apertheid en Sudáfrica fue derrumbado por organizaciones y aliados internacionales, que el cambio climático está ya en la agenda pública y de los gobiernos, gracias al esfuerzo de muchas personas.

Muchos derechos que damos por hecho, como la abolición de la esclavitud, el sufragio de las mujeres, el derecho a la libre asociación y el sindicalismo, fueron resultado de una lucha de muchos años, muchas personas, mucha organización.

Y entonces, confío. Creo en que podremos cambiar las políticas de salud, de educación, de desarrollo rural, de atención a grupos vulnerables, que podemos mejorar la regulación y la conducta de las empresas.

Cuando comencé a participar, a observar elecciones, a promover el plebiscito ciudadano, a alfabetizar, la lección que aprendí fue que uno tiene que empezar por cambiarse a sí mismo. La participación, descubrí entonces, va junto con asumir nuevas responsabilidades, con el no culpar a otros por nuestros problemas.

La incidencia, en este sentido, contrae la responsabilidad de prepararse para este reto, de convertirse en un ciudadano más profesional. Consiste en conocer mejor las políticas públicas, los problemas en los que queremos influir, las autoridades a los que debemos acudir, comprender mejor las estrategias y los recursos a nuestro alcance.

Hay pocos materiales creados para el contexto mexicano, para preparar a las organizaciones y la ciudadanía para estos procesos. Este manual de incidencia en políticas públicas es único por sus contenidos, y su formato teórico y didáctico. Está diseñado para ser una guía práctica, con una metodología de 7 pasos: el primer paso es decidir si se quiere incidir; el segundo es entender la visión de la esfera pública (para mí, la importante lección aprendida en Brasil); el tercero es influir en las agendas pública y de gobierno; el cuarto es conocer el ciclo de políticas públicas y escoger el momento para incidir; el quinto es elegir entre estrategias y utilizar un par de herramientas;  el sexto consiste en auto-evaluar las capacidades dentro de nuestra organización y el séptimo es planear.

No sólo es especial esta metodología, que fue creada y probada de manera colectiva, sino que también el Manual es único porque entre figuras, gráficas, recuadros, tiene casos de éxito de organizaciones que en distintas escalas han cambiado alguna política pública en México.

Giovanna Morales, Mónica Tapia y Susana Cruickshank, autoras del Manual (más Beatriz Campillo)

Sonora Ciudadana es el ejemplo de una organización civil que logró que los diputados del Congreso local asistieran y llegaran a tiempo a las sesiones, presentaran iniciativas y aprobaran leyes, abrieran las audiencias, publicaran una agenda legislativa y, después, retomaran los indicadores propuestos por esta organización para evaluar su propio desempeño.

Para gobernar mejor, los gobiernos cada vez más necesitan de nosotros, las organizaciones y los ciudadanos. Los gobiernos requieren apoyarse más para diseñar, implementar, evaluar mejores políticas públicas.

Debemos estar a la altura de este desafío, debemos aprovechar este momento, debemos ayudar a transformar las acciones gubernamentales y a construir más ciudadanía para estos cambios.

En Alternativas, buscamos que en México pasemos de la protesta a la propuesta.

Para cambiar al país, necesitamos menos bloqueo de calles, y más y mejores organizaciones que logren el respeto del gobierno hacia la ciudadanía.

Nos urgen más ciudadanos, y también ciudadanos más profesionales, que entendamos mejor lo público de nuestros problemas, que conozcamos mejor a nuestras autoridades, que construyamos propuestas técnicas y políticamente viables, que llevemos a cabo acciones creativas y divertidas para los voluntarios, los jóvenes, los niños, las familias, que nos preparemos y que construyamos capacidades para la incidencia dentro de nuestras organizaciones.»

Capacidades de las OSC para incidir