Mi testimonio presentado ante la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF) (expediente CDHDF/111/122/MC/12/D4717) dice:
La noche del 28 de julio y la madrugada del 29 de julio 2012 fui víctima de un violento desalojo frente a mi casa por defender el espacio público llamado Glorieta de las Quinceañeras del cerco de construcción y la futura tala de árboles. Los hechos fueron los siguientes, guiados por el material audiovisual y los tuiters que enviamos en estos momentos:
1. A las 23:30 horas del 28 de julio nos avisaron que estaban subiendo granaderos por Luis Cabrera. Salí de mi casa y vi 6 camiones de granaderos estacionados sobre el sentido de Periférico-Cerro del Judío. La calle Galeana y Tuxpan estaban ya cercadas por entre 8-10 granaderos; al bajar del puente peatonal, éste también fue cercado. Le pedí a un automovilista que me avisara hasta dónde llegaba este cerco y me llamó diciendo que Contreras y Periférico también estaban cerrados por granaderos.
2. A las 23:54 horas estaba sobre la Glorieta sola. A esa hora puse un tuit: “Sobre árbol adoptado en #GlorietaQuinceañeras vs. #supervia. ¡Lista para segundo plantón vs. Granaderos!”

Y envié la foto de la silla abajo del pirul donde me senté y tomé la Foto con la Glorieta sin cercar aún y sin granaderos. Esas fotos atestiguan que mi entrada a la Glorieta no fue violenta sino pacífica para defender los árboles y el espacio público.
Unos minutos más tarde (23:57 horas), tomé foto de los camiones que estaban llegando con las vallas metálicas y tuitée: “Ya llegaron vallas para camellón de #LuisCabrera y#GlorietaQuinceañeras de #supervia. ¡Vecinos de #SanJerónimo es ahora!”.
Las vallas aún no estaban puestas y yo ingresé a la Glorieta previamente a que fueran colocadas.
A las 23:59 tuitée:
A las 12/00 tuitée:
Las Fotos muestran a los trabajadores que bajaban las bases y las colocaban sobre el piso, inclusive las vallas continúan en los camiones.
3. Unos minutos más tarde llegó mi esposo, Luis Zambrano a acompañarme. Éramos los únicos en la Glorieta. Comenzamos a ver cómo cercaban la calle de Jalapa, y comenzaban a colocar una valla antimotines alta, aunque los vecinos por la inclinación nos continuaban viendo.


4. Alrededor de las 12/00 horas del 29 de julio llegaron más vecinos. Hice mi primera llamada a la Comisión de Derechos Humanos del DF, a la guardia.
Dije que me llamaba Mónica Tapia, que era del Frente Amplio vs la Supervia, que estábamos sobre la Glorieta de las Quinceañeras y Luis Cabrera tenía cerca de 6 camiones de granaderos y éramos alrededor de 10 vecinos. Di mi teléfono celular. Unos minutos más tarde me regresaron la llamada, me dijeron que estaban preparando las medidas cautelares y solicité un Observador de la Comisión que nos pudiera acompañar.
5. A las 00:04 tuitée:
6. A las 00:08 tuité:

7. Llegaron algunos vecinos más a la Glorieta (no eramos más de 20) y los granaderos se movieron a custodiar la banqueta a la Glorieta volteando a ver la calle, cercándonos.
En ese momento eran 20-30 granaderos, pero poco a poco comenzaron a llegar más y a colocarse en doble fila y hacia arriba de la Glorieta.
A las 12:39 tuitée “Nos quieren desalojar #granaderos pero no nos dan su nombre “sólo cumplo órdenes” dice comandante” y envié su Foto.

8. Junto con los granaderos estaban también 3 personas civiles.
Como el video dice, 2 no quisieron dar su nombre y una tercera se identificó como Berenice Téllez . Dijo trabajar en el Gobierno Central, y al ser más cuestionada abundó que en la Secretaria de Gobierno, en la Subsecretaria de asuntos delegacionales.

Subsecretaria de Asuntos Delegacionales Secretaria de Gobierno, Gobierno del DF

9. Los vecinos nos mantuvimos en resistencia pacífica sin agresiones, moviéndonos a lo alto de la Glorieta que da a la calle de Jalapa y pidiéndole a los vecinos que nos veían que dieran testimonio de nosotros.
A las 00: 41 le tuité al Subsecretario de Derechos Humanos “@juanjosegarciao Nos dice jefe de granaderosque ellos no vienen a dialogar… Me recordó un episodio que conoces #supervia”.
A las 00:48 tuitée: “Pasando la noche en #GlorietadeQuinceañeras acompañada de granaderos de #supervia” y envié las siguientes Fotos.

A la 1:04 tuité “Acompañada de “nueva” izquierda democrática y progresista de @m_ebrard: granaderos imponiendo #supervia #PRD #AMLOSI” y envié la Foto 33.


A la 1:05 di RT de un Tuit de Samantha Gaytan. Para ese momento, la valla estaba prácticamente colocada sobre las bases alrededor de la Glorieta.
10. Algunos de los vecinos que resistíamos pacíficamente se comenzaron a dispersar pidiendo que dejaran pasar a algunos vecinos por una parte de la Glorieta que da a la calle de Asunción y cuya valla aún no estaba colocada.
Pedí que estuviéramos juntos para que los granaderos no avanzaran. El comandante que estaba muy cerca de mi le dio ordenes a alrededor de 4-5 granaderas que me cercaran.
Me rodearon y apretaron con fuerza entre sus escudos; mi esposo Luis Zambrano quiso intervenir y sacarme de ese cerco, pero otros granaderos lo rodearon también con sus escudos.
Comencé a decir que nos estaban golpeando, y sentí con más fuerza cómo otras 2 granaderas se aferraron de mi brazo con fuerza y me empujaban hacia la barda/orilla de la parte alta de la Glorieta.
Grité “nos van a tirar, nos están golpeando”, y tropecé con el escalón-barda de la Glorieta.
Me tiraron al piso y ahí, me tomaron con más fuerza de los brazos y la chamarra que tenía arrastrándome por el piso. Me jalaron la blusa y chamarra, dejando mi brassier a la vista.
Grité que me estaban quitando la ropa, mientras me seguían arrastrando. Alrededor de 4-5 granaderas me tomaron de los brazos y las piernas, me cargaban a la fuerza mientras yo gritaba que me soltaran, que me estaban haciendo daño. Me tiraron una vez y me volvieron a arrastrar, hasta la calle, fuera de la Glorieta.
Estaba oscuro, no veía porque mi ropa estaba sobre mi cabeza, no distinguía y me sentía golpeada, con múltiples raspadas por la forma cómo fui arrastrada.
A la 1:50 tuité “Acabo de ser agredida por 5 granaderas, me empujaron y me golpearon. Me jalaron de la ropa y me desvistieron, arrastrándome #supervia”.
Aquí un video donde se escucha y ve la agresión:
11. Una buena parte de estas escenas no pudieron ser grabadas ni fotografiadas, pero en la Glorieta en el lado de la calle de Asunción existe una cámara de seguridad del GDF, que pudo haber captado una buena parte de esta información.

12. Una vez en la calle, busqué a mi esposo y mis compañeros. Oía los gritos de Gabriela Manjarrez y por fin vi a mi esposo, quien estaba más golpeado y me comentó que lo habían pateado varias veces por el cuerpo.
A la 1:52 tuitée: “A mi esposo lo empujaron, lo arrastraron y le golpearon en los testículos 2 veces. Le quitaron su celular y sus llaves de casa #supervia”.
13. Alrededor de 10 compañeros fuimos entonces cercados por 2 filas de granaderos y otros más que estaban cerca. Este cerco duró hasta cerca de las 6:00 am. En ese tiempo, le dijimos al comandante que se habían quedado con el celular (iphone) de mi esposo y algún vecino intercedió para que fueran a buscarlo, sin encontrarlo ni las llaves.
14. Al terminar el cerco y comenzar a amanecer subimos de nuevo por el puente peatonal, y tomé fotos de camiones y patrullas estacionadas en esos momentos sobre Luis Cabrera. Algunas de ellas con granaderos dormidos dentro.
15. Al abrirse el cerco, algunos vecinos quitaron algunas calcomanías que habían puesto sobre las vallas, recogí una y se la di a una granadera que venía siguiéndome de manera intimidatoria.
Ella me soltó un puñetazo que me golpeó la mejilla izquierda. La granadera que me agredió y las calcomanías aparecen en la siguiente foto.


Finalmente, un civil que era parte del operativo me tomó fotos (Foto 53) cuando estaba tomando las placas de su automóvil.

16. Al regresar a mi casa a las 6:16 horas, alrededor de 20 granaderos seguían frente a la puerta de mi casa y vieron claramente dónde vivía.
17. Dentro de mi casa, tomé las Fotos de las lesiones de Luis Zambrano y algunas las subimos al tuitter.
18. Durante la mañana del domingo 29 de julio, además de los granaderos en la Glorieta frente a mi casa, otro contingente grande se mantuvo en la calle de Huachinango, donde da la entrada de nuestros coches y la calle por la cual solemos caminar.
Una de estas fotos la tuitée el domingo a las 16:54 horas:
“Haber sido golpeados, q @fernandoaboitiz diga que no es cierto, ¿granaderos se van a quedar a vivir fuera de mi casa”.
19. Durante la mañana del lunes, tres granaderos se encontraban en las escaleras de nuestra oficina de Alternativas y Capacidades,
dejando basura y se molestaron al decirles que nos permitieran el paso.
Alrededor de 10 personas entraron a laborar en Alternativas ese día con testimonios parecidos, de cierta intimidación por los policías.

Los lugares en la calle que normalmente el personal utiliza para dejar sus coches fueron ocupados por la patrulla A5-022 y el camión de granaderos (con muchos dentro y muchos fuera) A5-019.
Al acercarnos, comenzaron a tomarnos fotos, tanto los granaderos como los conductores de la patrulla.
20. Por medio de las redes sociales se denunció la presencia policiaca fuera de la oficinas de Alternativas y Capacidades, así como se hizo un comunicado dentro de nuestra página web.
Al dar una entrevista en radio a Nora Patricia Jara (INMER) a las 14:30 horas se mencionó que el camión A5-019 estaba apostado fuera.
Alrededor de las 17 horas, el camión de granaderos se retiró, aunque se mantuvieron 3 granaderos en la esquina.
21. El martes 31 de julio, percibimos que el camión de granaderos citados se movió al otro lado de Luis Cabrera, frente a la Plaza Hidalgo.
La patrulla se colocó sobre la banqueta de Luis Cabrera, a media cuadra de nuestra oficina.
En un lugar que no es visible desde nuestra ventana, pero que ellos sí tienen visibilidad de quién entra por la puerta de la oficina. Esta patrulla ha dado varios rondines, en particular durante la noche cerca de la oficina.

22. El miércoles 1 de julio, a pesar de que ya no habían estado, a las 16:30 dos policías se volvieron a colocar frente a la puerta de nuestra oficina.
Una de ellas se identificó (Julia Altamirano y otro, no). Al pedirles una explicación de por qué estaban ahí, dijeron que era la vía pública y podían estar donde querían.
No les importaba, dijeron, que esta puerta y escaleras fueran nuestra oficina.
23. Este mismo miércoles 1 de julio a las 22 horas, la patrulla P62-22 se encontraba a media cuadra de la oficina (en el mismo lugar al cual se refirió en el punto 21); se había cambiado la luminaria fuera de la oficina –que durante muchos años habíamos solicitado que se cambiara y funcionara, sin éxito—por un foco muy brillante.
Dos camiones de granaderos (A20-91 y otro que no pude identificar el nombre), dos patrullas (A5-35 y P60-61) junto con 5 granaderos se encuentran cruzando la Av. Luis Cabrera al otro lado de la oficina. Adicionalmente, 4 trabajadores de la compañía dan el paso a unos metros también de la oficina de Alternativas.
24. Al hacer un recorrido por Luis Cabrera este miércoles 1 de julio a las 22 horas, observé que los granaderos que continúan presentes hasta este día en la colonia y sobre Luis Cabrera están frente a nuestra oficina en los lugares ya referidos y enfrente de la gasolinería, donde trabaja Leticia Moreno, también miembro del Frente. En ninguna otra cuadra, bocacalle o fin del camellón están localizados.

Aquí más información, sobre la queja
Aquí se pueden encontrar los Expedientes médicos 1 y 2 para la CDHDF sobre los golpes que recibimos.
Al ir a ratificar en marzo 2014 (un año y medio después), a la queja número 4717-2012 (CDHDF/III/122/MC/12/D4717-2012) se le habían «perdido» justamente estas hojas que aquí transcribo al expediente.
Cuando Perla García tomó posesión como Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, se cerró la investigación (aquí más de este absurdo…) y nunca se hizo más.
Además de la queja ante la Comisión, también levantamos una denuncia penal por abuso de autoridad, que se puede encontrar aquí:
Denuncia penal por abuso de autoridad,
Todo infructuoso, y mucha impunidad.
Los mismos hechos en otra versión:
«Los golpes de los granaderos en la Glorieta de las Quinceañeras» por Luis Zambrano, publicado en Ecosistemas Urbanos
Escribo esta publicación sin dormir en la madrugada, después de una larga y dolorosa noche. Una noche que se quedará en mi memoria.
El día comenzó muy bien con un foro organizado por el Frente Amplio contra la Supervía para festejar los dos años de resistencia pacífica en un plantón que no ha dejado entrar las máquinas a su colonia. Ahí, el Arquitecto Enrique Ortíz habló de la Carta por el Derecho a Ciudad como base para entendernos en esta gran megalópolis. Sus palabras enseñan que efectivamente hay un nuevo grupo de personas de la sociedad civil que están muy por adelante de los gobernantes.
Si en la mañana pensaba que los gobernantes estaban atrasados, por la noche me demostraron que esta Ciudad, que se precia de ser democrática, está retrocediendo en la protección de derechos humanos básicos.
A las 11:45 pm nos avisaron que había muchos granaderos que subían por Luis Cabrera. Yo vivo ahí, así que me asomé a la ventana y ahí estaban. Ya hacía tiempo que pensábamos que algo así podría pasar.
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) necesita urgentemente terminar sus obras porque se acaba el sexenio.
El lunes pasado, en una conferencia de prensa, el Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard confesó que tenían que acabar antes de que el amparo se decidiera para “pedir perdón antes que pedir permiso”. El GDF tiene prisa, mucha prisa por terminar una obra atrasada y, sobre todo, cuestionada.
Para ello y a pesar de que estaba en litigio, el GDF amplió el Título de Concesión a COPRI y OHL de la Supervía para aumentarla más de 2 km. Esta vez haciendo un segundo piso (que ya se volvieron fetiche para GDF y todas las constructoras de ballenas) sobre Luis Cabrera. Esta ampliación involucra destruir la famosa “Glorieta de las Quinceañeras”.
Ya muchos vecinos nos habíamos reunido para defenderla en Picnic en el Río y un domingo de música. Supusimos, ingenuamente, que el GDF no iba a reprimirnos, que nos iba a respetar. Pero se nos olvidó que ya las elecciones pasaron y el costo político se minimiza.
Planeado como si fuera la toma de un cuartel, los granaderos sellaron Luis Cabrera desde Periférico hasta San Jerónimo. Sólo 25 personas logramos llegar a la Glorieta. A los demás vecinos, los granaderos no los dejaron pasar, cerrando sus calles al tránsito. Nadie se podía acercar porque toda comunicación se cortó entre nosotros en la Glorieta, San Jerónimo Lídice y San Jerónimo Aculco.
Comenzamos a gritar lo que estaba pasando. Se acercó personal del GDF a preguntarnos qué queríamos; cuando les pedimos los permisos nos dijeron que ellos no los necesitaban, cuando les pedimos sus nombres ninguno nos lo dio, menos Berenice Téllez quien trabaja para el Subsecretario Hernández Llamas. Ese personaje que según Marcelo Ebrard lo “corrió” por haber aceptado a Peña Nieto pero que sigue trabajando para la Supervía por parte del gobierno.
Así que estas 20 personas estábamos aisladas.En un momento, los granaderos arremetieron contra nosotros. A mi esposa la comenzaron a golpear y me puse entre ella y los escudos, entonces a mi me comenzaron a golpear.
Pudimos acercarnos a un árbol y nos agarramos de él, con la última esperanza de no dejarlo ir, el árbol nos ayudó con su corteza sabedor de que ahora su suerte está echada. Morirá talado o sufrirá el estar bajo un techo de cemento que trasmina plomo y otros metales plagándolo hasta encontrar su fin.
A 10 granaderos por persona, y con golpes nos fueron separando del árbol. En un momento, mi esposa gritó que la estaban desnudando, y me abalancé para rescatarla. Ahí nos quedamos tirados en el suelo, siendo pateados por los granaderos. A mi esposa la cargaron mientras que yo seguía en el suelo sufriendo las patadas.
Me comenzaron a arrastrar. Mi espalda se estaba raspando mucho y me agarré de un brazo de una granadera. Su uniformes parecen ser de poca calidad puesto que la manga de su chamarra se desgarró hasta dejarle el brazo descubierto. Eso los hizo enojar. Ahí me soltaron y mientras un granadero me golpeaba en los testículos, otro granadero me jalaba de los pelos. Me siguieron arrastrando. Con esos golpes, perdí mi celular y mis llaves.

En un momento me intentaron poner de pie. Opuse resistencia y volvieron al ataque con patadas en la espalda y testículos. En vilo entre 5 granaderos me levantaron sin dejarme de patear. Probablemente los golpes con mayor saña y desprecio que recibí era de los granaderos del sexo femenino. Quizá el entrenamiento a ellas involucre cosas más desagradables.
Finalmente me sacaron de la glorieta. En algún momento había grupos de granaderos que estaban enfrente de mi y por lo tanto no me podía ni mover, pero los de atrás creían que me seguía resistiendo y por lo tanto me seguían golpeando para que avanzara. Estaba yo en una suerte de sandwich entre dos toletes y escudos que lastimaban. El jefe de su división (él no golpeaba) se dio cuenta, les dijo que ya pararan de golpearme y me ofreció la mano.
Nos rodaron a 15 personas unos 300 granaderos y nos pusieron contra la barda entre Luis Cabrera y Asunción. Justo ahí hay una cámara de vigilancia del Gobierno del Distrito Federal. Ojalá haya filmado todo y podamos recuperar el video para que se demuestre el salvajismo de estos cuerpos de granaderos.
Buscamos a la Comisión de Derechos Humanos del DF, para que enviaran a algún observador, pero no llegó. Un poco de prensa llegó, pero aislada no podía ver nada.

Arrinconados por los granaderos y sin podernos mover estuvimos viendo cómo las empresas soldaban y sellaban la Glorieta. El hecho de mantenernos ahí era para demostrarnos que sí lo podían hacer enfrente de nosotros.
Al mismo tiempo pusieron letreros que indican que van a mejorar la glorieta con ese segundo piso. Por un momento, me sentí en un campo de concentración en donde el que tiene el poder busca humillar al desvalido.
Volví a mi casa a las 5 de la mañana para descubrir (gracias al internet) que mi celular estaba a dos cuadras de mi casa por donde estaban los camiones de granaderos. Bajé a decirles que sabía exactamente donde estaba. Fue como hablarle a la pared, tuve que cancelarlo y buscar la forma de borrar todo gracias a la tecnología. No se si lo logré.
Cuando sellaron la Glorieta y todo el camellón de Luis Cabrera eliminaron un carril de automóviles.

Así, privatizan el espacio público para entregarlo a COPRI, OHL (hoy Aleatica) y Rioboó.
Me duele todo el cuerpo. Un dedo de la mano izquierda lo tengo morado, la espalda raspada y golpeada, aún me siguen ardiendo los cabellos, las piernas y mis partes nobles están adoloridas. Pero sin disminuir la barbarie que realizaron sobre mi persona, me duele más La Glorieta.
Esa Glorieta de todos los Contrerenses.
Una glorieta con más de 80 cipreses al cual iban a tomarse las fotos los novios en sus bodas y las quinceañeras (de ahí el nombre).

Eso ya no será más.
Perdimos barrio, perdimos identidad en la Magdalena Contreras, perdimos seguridad, y perdimos calidad de vida.
¿Qué ganamos?
Golpes y humillaciones para que tres empresas se hagan más ricas a costa de la ciudadanía. Cualquier urbanista sabe que estas autovías de cuota no mejoran el tráfico.
Pero quizá lo que más me duele es el retroceso que estamos teniendo.

Un gobierno que incumple las recomendaciones de la Comisión de Derechos Humanos del DF; un gobierno que hace todo a espaldas de los habitantes, que le entrega el espacio público y el dinero a tres empresas: COPRI, OHL (hoy Aleatica) y Rioboó (algunas de ellas nunca han ganado una licitación y sólo tienen contrato por adjudicación directa); un gobierno que tiene que hacer maniobras militares al amparo de la noche, aislando y golpeando a ciudadanos que no hacíamos otra cosa que disentir pacíficamente; un gobierno que pone los tiempos para evitar que un amparo detenga la obra; un gobierno que impone la fuerza antes que el diálogo, es un gobierno que no puede llamarse progresista, moderno o democrático.