Cuando la Fundación MacArthur se preparaba para cerrar su programa y oficina en México, nos pidió a varias organizaciones escribir una reflexión sobre el trabajo que realizábamos. Este articulo sobre Ruta Cívica salió publicado originalmente en su página y comunicaciones.
La sociedad civil puede tener impactos en las vidas de las personas de muchas formas. Trabajar como promotora comunitaria —difundir y explicar información útil y organizar comunidades— puede ser una manera de cambiar la vida de las personas. Otras veces transformar las políticas públicas puede tener un mayor alcance y legado a otras generaciones. A través de diferentes experiencias, hemos entendido que se necesita trabajar en diferentes escalas y con diferentes grupos y perspectivas.
La articulación vertical

Un ejemplo exitoso de estas coaliciones verticales ha sido la convocatoria, articulación y esfuerzos para mejorar la salud y prevenir la muerte materna, sostenidas por mujeres indígenas, grupos comunitarios, organizaciones regionales, nacionales e internacionales. Ellas incidieron en los paradigmas de atención, los presupuestos, la formación de redes y actualmente implementan una buena parte de las acciones públicas. Los vínculos internacionales, creados en parte a través de las redes de MarArthur, permiten que estos procesos escalen y se sostengan. Fue una de las experiencias de las que aprendimos estas lecciones.
Cada grupo es muy diferente y tiene capacidades y, sobre todo, perspectivas diferentes. Para que una articulación sea exitosa, estas capacidades y perspectivas deben ser complementarias. Los actores comunitarios tienen información, conocimiento empírico y voz comunitarias. Las organizaciones locales o regionales elaboran un análisis del contexto, los datos, la investigación y el conocimiento de la política y los medios locales. Las nacionales tendrán los contactos y estrategias de comunicación nacionales, junto con el diagnóstico presupuestal y de políticas federales.
Articulando lo nacional y lo local en la Ciudad de México
A pesar de concentrar al mayor número de organizaciones, en la Ciudad de México me ha sorprendido la escasa articulación vertical. Un sinnúmero de grupos vecinales y pueblos originarios organizados trabaja en el mismo territorio aisladas de las organizaciones dedicadas a la incidencia nacional. El reto de incidir en las políticas públicas de una metrópolis de 20 millones de personas es demasiado grande para los grupos comunitarios, y demasiado local para quienes están concentradas en incidir ante el Gobierno federal o Congreso de la Unión.

En Ruta Cívica, desde 2015, hemos tratado de cubrir ese vacío. Nos articulamos y nos nutrimos del conocimiento de grupos locales y ciudadanos en barrios y alcaldías, pero también del trabajo de organizaciones dedicadas a las políticas nacionales. Buscamos promover la planeación sustentable, la justicia y la resiliencia de la ciudad. Identificamos y aprovechamos coyunturas, como la creación de la nueva Constitución, la Ley de Planeación, el Sistema AntiCorrupción y el sismo y su reconstrucción, para impulsar esas transformaciones sistémicas. Nunca estamos solas, sino trabajando con y ayudando a articular un amplio ecosistema de actores, con comunidades, organizaciones, funcionarios, académicos e incluso el sector privado.
El desafío de estas articulaciones requiere lidiar con la complejidad y la diversidad; explorar y dialogar sobre las distintas perspectivas para encontrar visiones en común y estrategias diversificadas de acción colectiva de largo aliento. Los resultados no son lineales –las matrices de marco lógico, los indicadores y los resultados predecibles son fútiles– sino acumulativos y sinérgicos a lo largo de los años, hasta, a veces, de las décadas.

- https://www.facebook.com/watch/?v=3057285344298644
- https://www.facebook.com/watch/?v=1940084512975524
- https://www.ambulante.org/reconstrucciones/relatos/plataforma?o=3
- http://climatesofinequality.org/story/mexico-city-beyond-the-earthquake-a-recount-of-the-reconstruction/
El articulo también se publicó en inglés.
The Local-Global Connections Necessary to Change Lives
There are multiple ways for civil society to impact people’s lives. Some believe that community organizing – sharing and explaining useful information in communities, or teaching literacy or human rights workshops with vulnerable groups—is the best way to have an impact. Others believe that transforming public policies can have an even greater reach and legacy for future generations. Through different learning experiences, we have come to understand we have to work at different scales and with different groups and perspectives.
Vertical Connections

To transform public policies with a strategic and deep vision, we learned that it was strategic to promote “vertical connections.” “Horizontal” coalitions—where more people, communities, and organizations join together—are a traditional strategy for creating strength and promoting an agenda. Vertical connections involve convening and organizing groups that work at different scales: the community, the local, the regional or state, the national, and the international.
A successful example of these vertical coalitions was the convening, organizing, and joint efforts to improve health and prevent maternal death carried out by Indigenous women, community groups, and regional, national, and international organizations. These women influenced the paradigms of care, created networks, and initiated public actions. International connections, created in part through MacArthur networks, enable these processes to scale up and be sustained. This was one of the experiences that taught us about vertical coalitions.
Every group is different and has diverse capacities and, especially, perspectives. For the connections between groups to be successful, these capacities and perspectives must be complementary. Community actors have information, empirical knowledge, and community voices. Local and regional organizations have contextual assessments, facts, and knowledge of local politics and media. National organizations have contacts and national communication strategies, as well as budget and national policy experience.
Connecting the National and the Local in Mexico City

Even though Mexico City has the most organizations of any region of Mexico, vertical connections remain scarce. Countless neighborhood and Indigenous groups work in the same territory yet are isolated from the organizations focused on national public policy. A metropolitan area of 20 million people is too large for community groups and simultaneously too local for those working on national governing, making public policy work challenging.
At Ruta Cívica, we have been working to fill this gap since 2015. We build connections and learn from the knowledge of local groups, citizens in neighborhoods and city councils, but also from the work of organizations dedicated to national policy. We seek to advance sustainable planning, justice, and the city’s resilience. We identify and take advantage of opportunities like the drafting of a new Mexico City Constitution, the Planning Law, the Anti-Corruption System, and the earthquake and reconstruction to promote these systemic transformations. We never work alone, but always building connections amongst a wide ecosystem of actors, communities, organizations, officials, academics, and even the private sector.
The challenge of these connections requires dealing with complexity and diversity, exploring and talking about the distinct perspectives to find common visions and diverse strategies for long-term collective action. The results are not linear—logical frameworks nuances, indicators and predictable results are futile—but rather accumulative and synergetic, built over years, and even, sometimes, decades.
